viernes, 20 de agosto de 2010

Stop!

Las cosas que le ocurren al cuerpo no tienen cabida en la mente. Siento cómo se apodera de mí de forma súbita el escalofrío típico de la negación y a la vez no sé si es placer o dolor intenso. Perder una parte de mí que me hacía cambiar mi forma de ser no sé si me provoca un vacío en el estómago o un placer emocional... se desmoronan abismantes los pensamientos que en vano tratan de provocar la sinapsis necesaria de mi cabeza...

Por que?

Las cosas cuando no se le pueden decir al común se deben escribir en metáfora o figura retórica... esa es la única forma de contarlas, y que a la vez nadie sepa lo que le ocurre a uno.
Quizá es por eso que he adquirido tal habilidad. Contarle las cosas al viento y al espacio, sin tomar en cuenta un oído ageno... es raro.


Cambiar la forma de ser es posible. La esencia no. Es imposible.

Pero mi forma de ser está tan fuertemente ligada a mi esencia... son sólo una. No las quiero dejar solas. Una paranoia de mi vida se representa en cómo soy y en lo que hago. A veces soy tan transparente como un vidrio; quien me vé desde el otro lado me ve con un leve reflejo de sí mísmo, pero no me ve completamente por que su propio reflejo cubre esa parte de mí y no es posible de observar, aunque aún así desee. las personas no pueden dejar de pensar en sí mísmas, y buscan su reflejo en todos los vidrios, aunque lo que esté del otro lado sea tan llamativo como para dejarlo de lado.

Así es la vida, así son las personas. Así reacciono con ellas... (o contra ellas?)

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