jueves, 14 de octubre de 2010

Metáforas...

Escribo en metáforas, pues de otra forma mi visual mundo de estupideces es libre. No quiero. No quiero que escape de mi cabeza. Si escapara tendría consecuencias horribles. Creo que mas de una vez escribí que mi mente está oculta (alivio!).
Amo mi mente, pues es el único lugar en el cuál nadie se mete.

Pensar, pensar y sólo pensar. Me tranquiliza, me calma y a veces me odia.

Son solo excusas. Ya lo sé... no tengo porqué mirar hacia atrás. Pero al lado está prohibido y hacia adelante sólo veo nublado... nubes grises se arremolinan tratando de vislumbrar hacia el pasado; pero éste ya ha ocurrido. Elocuencias. Desgarra tinieblas y me tira al suelo. Veo hacia el lado y sonrío. Sonrío de veras; quizá la vida diga que camine a mi lado... (?)

No entiendo! Estoy atrapada entre la mente y la realidad! Ojalá pudiera ponerle un nombre: TU. Me trastornas! Pero a la vez te amo. Te amo como estúpida, porque siempre lo he hecho y aún no sé porqué... Te amo por que eres mío. Porque mi insaciable corazón ama al tuyo cuando tiene frío.

martes, 12 de octubre de 2010

Coincidencias


El destino me guió hacia un lugar en el cuál no existe el miedo, ni los milagros ni tampoco las asperezas de aquel mundo encerrado, lúgubre e incansable de odio.

Cuando me topé con aquel destino recién caí en la cuenta de que existe... existe aquel sentimiento que jamás supe que existía... el de las coincidencias. Tal vez es inhumano... hoy me acabo de enterar que no soy humana, si, me lo han dicho. Pero tal vez tampoco son coincidencias; creo firmemente en que el destino juega con nosotros, como dos muñecos vudú, pero en lugar de agujas pone palabras. No cualquier palabra... palabras con un sentido distinto; casi como de otro lugar.

Coincidir en la vida.

Coincidimos en algo... cuando pensé que jamás pasaría. Y extraño es que feliz me hace.

Asqueando palabras que escapan. Aguardando aquellas que vienen, y reteniendo algunas simples que se quedan en mi mente... a estas las amo, porque me recuerdan a tí...

Es extraño... tal vez el amor no sea el único sentimiento que me haga sentir dicha... creo que este no tiene nombre, y si es así le inventaré uno: se llamará Coincidencia.