viernes, 28 de octubre de 2011

Me encontraste

Si tan solo respirar no fuera una proeza que reprime mi alma, quemando mi fuero interno con flamas de recuerdos. Si tan solo el tiempo que ha pasado fueran años... y no días que han hecho de mi existencia un paraíso se convirtiera en delicado suspiro, añorado por tanto tiempo. No es imposible que aparezcas e ingreses en mis sueños sólo para venir a contarme cómo se vive en tu país adoquinado de color; te miro a los ojos encontrando en ellos el brillo que me hacía palpitar el corazón rebelde de amor, encuentro la mirada dulce que llora los cánticos de antaño que mil primaveras hicieron volar de mi cuerpo inerte; más bien tú los trajiste con vida mintiéndole al tiempo. Abrázame fuerte.
Ver las estrellas imaginando el mundo tan grande y estúpido, cansado del hombre, cansado de la mentira y del egoísmo del alma. Tan solo con una sonrisa lo transformas a un re menor que canta contigo la dulce melodía de la paz. Me encontraste... aquello que añoré desde el día en que la tierra se incendió. Me encontraste acurrucada entre las cenizas de un pasado oculto y sin sueños de amanecer. Me encontraste, tibio rostro sincero. Me encontraron tus ojos que me miran desde lo alto, y ahora que te tengo te abrazo para que jamás vueles por otras primaveras que no sea la nuestra que baila el mundo al son de nuestros corazones.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Ya te fuiste...

Ya nada es lo mismo ahora que mis sentimientos se fueron de vacaciones. Ahora que ya te fuiste y que no volverán a existir voces en mi oido... ni frases sin sentido ni tampoco seres humanos capaces de vivir junto conmigo en un mundo artificial. Las cosas se fueron diluyendo; se me fueron como agua entre los dedos; escapando siempre y huyendo cobarde. El miedo es inminente y sólo me queda refugiarme entre aquellos árboles deshojados que llamo el adiós de los muertos. ¿Porqué la soledad? Te fuiste.
Te fuiste... y una vez más te fuiste.
Valor.
¿Cómo se comporta el miedo a la soledad?
Se traiciona solo mi corazón; carcomido de recuerdos y mil confusiones. Yo te amaba tal cual era en la utopía; en los sueños eternos en dónde solías pasearte por semanas buscando mi alma. Ya te fuiste.
Quemando papeles entre fogatas medio muertas. El corazón me lo arrancaste por mera cobardía. Ahora tengo amistades que aparecen desde los resquicios de cenizas y sin saber me he metido otra vez en el error más grande: haberte conocido. Tu quisiste mirarme a los ojos aquella noche de lluvia infinita; yo accedí... pero ahora la soledad me hace recoger los restos de tu adiós; por la cobardía... ya te fuiste. Triste mi alma que ahora deambula sola, incapaz de saciar aquella sed de algo que ni siquiera sé como mierda se llama; enclaustrada entre mis mayores anhelos; se llama amor... lo que jamás encontraré entre los mortales. Euforia cerebral y cortocircuito en mis neuronas. Culpable es como me siento queriendo recordar cuantas veces me abrazaste diciéndome que todo era presente; presente que quiero retener en mi corazón, pero que arrancaste otra vez en indiferencia... al irte.
¡Quédate! Tan solo un soplo de viento nocturno... una vez más... convénceme de que es tan solo un sueño y que de nuevo despertaré a tu lado. Creo que ya no me lo darás ¿cierto?
No sé que te hice para que te hayas ido. Tan sólo un suspiro sale desde mis entrañas reclamando un pasado que jamás será futuro, entre marañas de confusiones. Pero entre todas aquellas confusiones ya sólo sé una cosa: quiero morir pensando que el amor existe, aunque sea lo último que me deje este esmero de carta guardada bajo mi brazo; y que no quieres leer por miedo al rechazo fúnebre del adiós.
Mírame a los ojos y sólo dime que fue un juego, para que ya no sufra más la herida que dejaste clavada con euforia en mi cuerpo mallugado de heridas sangrantes de malos recuerdos. Dime que fue un experimento fallido. Dime que el mirarme a los ojos te da miedo. Dime que ya no importo. Dime que puedes dejar caer la última botella solo. Y dime que ya no me amas y que no te acuerdas de mi ni en sueños.
Dime que ya no me amas.
Dime que ya te fuiste.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Mirar por la Ventana

Sueño con un par de luceros que se abren impacientes de verme despertar. Anhelo porque me sonrían vivaces; anhelo para que tu aliento se llene de aromas y dulzuras mañaneras, diciéndole a la ventana abierta que el empezar a vivir es contigo. El saber que tu mano está junto a la mía incluso antes del amanecer, cuando el camino era oscuro y temblaba mi piel de frío. Tiemblo, pero es porque mi corazón te busca todas las mañanas para encontrar un sesgo de tu piel que me diga que las horas contigo son eternas y que sólo basta una mirada iluminada para saber que hay algo de tí que me permita asirme para no soltarte jamás... Tomaré tu mano precisa y, acariciando las estrellas, miraremos el horizonte que lejano nos mira bordear la senda del mutuo sonreír; pintando el futuro con brillantes colores de hermosa cultura pastel.

sábado, 1 de octubre de 2011

Espera


Voces en mi cabeza, destruyéndole... lentamente. Fue hace tanto el tiempo metafórico desde la última vez en que escuché a tus labios pronunciar el adiós, ese que en este momento siento desgarrar lo poco que me queda del cuerpo. Torturando mi alma y desgarrando el sentido que me permite sobrevivir entre los mortales. Sintiendo la espesura de aquellas palabras a través de mi sangre; fluyendo viva y eterna... es como si los movimientos de nuestros cuerpos se hubieran detenido y el tiempo los tocara lentamente a cada paso del reloj... a cada segundo que queda para volver a ver brillar tus ojos. Pensar; simplemente imaginar que cada lágrima derramada se convierte en un pedacito de ti, que anhela sucumbir ante la madrugada llena de suspiros, en donde intercambiamos almas... aquella que recuerdo cuando mi cuerpo deja de ser materia y se convierte en vida.
La espera es larga.
La espera mata.
La espera sólo hace que las ansias por correr sean mayores.
La espera es lo que hace que pacientemente siga los rumbos que la vida me dejó escritas una mañana de septiembre sobre el diván... Recopilando los trozos de recuerdos que me guiaron hasta ti... una mañana de octubre en la que ya sólo queda cerrar los ojos para imaginar nuestro amanecer que cada día está más próximo.
Simple y llano... eres tú quien invoca a mi presencia que deambula liviana por las esencias de la vida. Pero a cada paso siento cercana tu voz; carrera de nunca acabar: sólo hasta sentir que nuevamente tus labios se unen con los míos en un beso azucarado por el azul de nuestro cielo.