jueves, 8 de septiembre de 2011

Recuerdos de Botella Azul


Y cómo poder llorar por ti y para ti… Si el alma se me escapa en un hilo y no recuerdo el sueño tardío con el que bañaste mi noche. No recuerdo el azul del día con el que me dejaste durmiendo el sueño eteno de un adiós a ojos cerrados, con una botella vacía aun en mano. Ebrio de tristeza me dejaste llorando. Mimo mi consuelo por no saber si es tuyo o mío. Recorro las calles lluviosas buscando respuestas que la humillación me quitó sabiendo que mi alma es frágil y que mi corazón vuela como ceniza de mi corazón deshojado… Si ya no sé qué nombre le pusimos al amar, cuando mi corazón cae quebrado por tu ausencia austera, y por eso lloro; lloro porque me quedan tantas lágrimas que si nuestro amor fuera infinito yo lloraría hasta secar el atlántico; lloro porque mi cuerpo me desafía a estar otro día más sin dormir… y lloro porque si pudiera, te tendría conmigo hasta la eternidad. De enamorada y ebria ya que me queda todo mi cuerpo, ya desalentando mis ganas de ponerme de pie a dar el paso primero antes de irme por aquella puerta entornada que anoche dejaste abierta. Lloro frente al fantasma de lo que fueron sombras tuyas en un ayer escaso de recuerdos y rico en sentimientos encontrados, que llenaron el amargo vacío de mi corazón con tus besos que ya no son besos, sino utopías que tan lejanas veo cuando a mi memoria tu rostro ya poco a poco falla… se destiñe la fotografía de tu cuerpo sobre la sábana blanca. Se sobrecoge mi sentimiento al recordar que sólo una vez fuiste tú quien me dio nada y a la vez todo para vivir y ser feliz. El llanto que inundó mi alma fue el culpable de no poder estar consciente para irme lejos… para llegar a ser tu carta de renuncia porque no quiero irme; porque fue un adiós del que no te acordarás mañana, y porque ruego a Dios que mañana por la mañana despierte envuelta en tus brazos y todo haya sido un mal sueño. Simple, mágico, cómo tu sonrisa que me dedicas y no te das cuenta que para mí es el espejo de lo que sientes por mí. Como recordar el pasado que es amago y el futuro que es incierto; en el presente ruego por que estés sólo un día más en mi memoria, sólo para poder recordar todo lo que te amo y todo lo que daría por ello.

Recorro hasta el último vacío recopilando los restos de nuestro amor, pedazo a pedazo; como consumido después de una guerra en la cual ambos ganamos los orgasmos que nos emboban la mente y nos engañan el alma. Consumiendo hasta el último tabaco de ternura que nos llevábamos como desayuno a la cama de nuestra eterna primavera; queriendo que el tiempo fuera eterno y los minutos pasaran como ancianos con bastón; para así no olvidarme jamás de tus historias que me llevaban a la risa cómica y simpática que era ayer… esa que recuerdo con la nostalgia de que un día fui feliz y fue contigo. Recorro el recuerdo de tu voz tenor en mi oído, suplicándole a mi fuero que sea incapaz de irme lejos… quizá ya nada vale más la pena que haber estado contigo sólo porque quería hacerte a ti y a mi felices. Pero mientras más pienso en ti, más se aporrean mis neuronas tratando de reemplazar a mi corazón, que se ha quedado contigo; tras esa puerta cerrada de películas en cine europeo, de las que sólo entendía porque el idioma universal del amor no habla con palabras. Porque a pesar de no tener sueño dormía a tu lado sólo para ver tus ojos cerrados y tu sonrisa débil que me incitaba a besarte con todo o sin sentido.

Si ya no vale la pena; si tus labios pronunciaron un quiebre al azul de la noche oscura; si ya nada vale la pena porque no podemos sufrir una distancia ficticia que en una pared de hierro nos intimida tanto… por qué no mejor volver a intentar una vez más el no querer irme para siempre por la puerta entornada; aquella puerta que se asemeja más a tus abrazos que a los goznes de mi deseo a huir con desespero de las leyes humanas. Sólo con tu voz me quedo durmiendo en valles nevados que se parecen al sueño viril de la eternidad a tu lado. Es porque la ilusión de tenerte es tan grande como mis ganas de llorar por esa ausencia austera. Quiero llorar porque ya no me quedan lágrimas. Quiero llorar porque no me aguanto la angustia de saber que a tu lado era tan feliz; que podíamos haber vencido el miedo a morir sólo con un beso que apasionado nos hubiera dejado ser uno los dos. Para siempre. Y aunque el tiempo desgaste los husos con el que hilábamos día a día el sentir, nada detendrá el paso del tiempo que vuelve cada vez más joven nuestra noche azulada de ti; que me dijo con una botella vacía que solo bastaba estar un poco más cerca tus ojos de los míos para ser feliz.

1 comentario:

  1. Lineas de recuerdos que me desgarran el corazón, tratando de no identificar mi eufórica tristeza, buscando la respuesta a mil preguntas que ya nadie puede dar solución. Cierro los ojos e imagino momentos ficticios en los que asemejo estar en aquellas lineas en las anhelas a ese amor. Si ya no vale la pena porque aun mi corazón late tan estrepitosamente cuando pienso en ti, talves mi incrédula madurez ya no esta cuerda y trato de darme aliento escribiendo palabras que jamas entenderás porque tu corazón ya no vibra al compaz de mi voz. Tu azulada noche ya no me pertenece, desearía sentir el nerviosismo de oír tu cálida voz al momento que tus ojos dejan caer una lagrima que cobije todos aquellos recuerdos en los que dormir era soñar con un mañana feliz.

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