jueves, 8 de octubre de 2009

De la nada al todo...

Hoy me paso algo que de verdad hizo que mi aburrida tarde en la Universidad se convirtiera en un momento insólito, por no decir extraño...

Estaba esperando la micro con aire aburrido y agotador en el paradero de la U. Siempre que hago eso me aburro tanto... la máquina se demora en pasar... me da la impresión de que pasan horas...
Pero me hago el ánimo y miro hacia el frente buscando algo interesante en medio del gran barullo de gente que se acerca imitándome. Pero entre esa cantidad de gente se me acerca una niña joven, quizá con un poco más edad que yo. Llevaba puestas unas sandalias de verano, cosa que llamó profundamente mi atención, pues el día estaba nublado. Me miró con cara de cómplice... pero no supe responder a su complicidad hasta que dijo ella la primera palabra.

-Hola, oye, ¿sabes cuál micro llega al Hospital Clinico de la Mayor?

Enseguida supuse que la chica era de dicha universidad. La miré con más detenimiento y le respondí sin darle mucha importancia.

-La siete o la nueve variante... ¡Esa! -dije apuntando a la micro que justamente se acercaba hacia nosotras.

Me subo sin vacilar cuando oigo a la niña subirse tras mío y gritarme:

-Pero ¿dónde debo bajarme?
-Sube conmigo le dije y te indico, pues queda cerca de mi casa...
-Ok -dijo ella, y se subió junto a mi en el asiento delantero del vehículo -gracias. Es que voy a ver a una amiga que tuvo un accidente...
-De nada -dije yo esperando que existiera un enorme e incómodo silencio durante todo el viaje, como es típico en situaciones cuando uno no conoce a nadie. Pero lo que yo jamás esperé es que ella me preguntara:
-¿Qué estudias?
-Diseño Industrial en la Católica... y tu? -dije en realidad sin importancia, para romper un poco ese tan incómodo silencio.
-Kinesiología -dijo-... Ah! no estudias en la mayor?
-No -no sabia que decir...
-¿Y cómo te llamas?
-Amy y tu?
-Paulina...

Al cabo de cinco minutos ya sabía que tenía 21 años, que era oriunda de Coyhaique, que tenía una hija de tres años, que era madre soltera, que vivía en un departamento en el centro con unas amigas y que pololeaba con un tal Jorge hacía sólo una semana... Mientras que yo le contaba que era de Fresia, que pololeaba con Lucky hacía casi cuatro años y que estaba tan solo en segundo semestre de la carrera...

Cuando estábamos en la esquina del hospital tan sólo le di un par de indicaciones y, con un beso en la mejilla, se despidió de mí y bajó de la micro saludando feliz con la mano.

Cuando la micro emprendió el viaje nuevamente pasaron muchas cosas por mi cabeza... creo que nunca me había sentido tan alegre... tan viva. Estoy segura de que jamás volveré a ver a Paulina, y que esta situación produjo un gran cambio en mí y me servió para darme cuenta de un par de cosas que sólo hubiera aprendido con esa situación...

Hasta ahora aun pienso en el hecho y miro con gracia hacia atrás, pensando que el futuro y el pasado son tan efímeros... la felicidad sólo es un estado... Estuve feliz... pero es porque SOY feliz.

2 comentarios:

  1. acertada.. encuentro furtivo revelador!

    a veces me ha sudedido..
    alimento para el alma..

    saludos!

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  2. gracias!
    no habia visto este comentario xD
    en realidad hace muy bien para el alma...

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