pero la mirada no viene...
simplemente no llega,
como desahuciada... voraz la ceguera y mortal persecución.
Sangre!
No vuela, tuerce y muere.
Estigmas no viven... solo abundan a escondidas incógnitos...
Mienten!
Pero la mirada sigue en pie, aunque no la vista;
ella se ha perdido, ha huido corriendo... lo ha dejado solo.
No vio lo que sí venía, miró lo que no creía ver y sólo la muerte alcanzó...
Y sólo fue ahí que te encontré solo...
Ella...
Tu fugaz visión te abandonó... y la vida también.
(Dedicado a un ser fiel y amado... un amigo que me acompañó por mucho tiempo, y que luego de una mortal ceguera, terminó por acabar con su vida... y la mía...)
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